Querido oncólogo:
Supongo que a estas alturas, ya te habrás dado cuenta de lo importantísimo que eres para mí; casi eres como mi Dios. De tí depende mi precaria salud, a ti te espero con impaciencia y temor cada día de consulta durante una media de dos horas semanales, para que me preguntes cómo estoy, para resolverme dudas, para prescribirme tratamiento, darme resultados de pruebas…para en definitiva ayudarme a vivir. El cáncer es muuuy malo, pero la metástasis es mala malísima.
Pues bien, te voy a hacer unas cuantas peticiones:
- Si me preguntas cómo estoy escúchame. No te desconectes cuando hablo y sobre todo no te limites a decirme que todo lo que me pasa ES NORMAL. Engáñame, cuéntame que puedo hacer para mitigar mis dolores, aunque sea poco probable que mejore.
- Demuéstrame que te molestas en, al menos, estar al día de las investigaciones posibles que haya (si es que las hay) para no vivir acribilladas a dolores. No me escuchas ni cuando te cuento que algún remedio casero me ha ido bien y yo te lo cuento con la esperanza de que se lo comentes al siguiente paciente, porque a lo mejor le podemos ayudar un poquito ¿no? Y a lo mejor, sólo a lo mejor, me podías contar lo que te ha contado el paciente anterior y que a él le ha ido bien ¿Es tan difícil?
- Sé que estás saturado de trabajo, que tienes una carga administrativa que te sobrepasa, que hasta te cuesta trabajo retener mi nombre mientras estoy en la consulta. Que vives con recortes, que estás todo el día rodeado de enfermos…en fin, que yo puedo sentir empatía por tu situación. También sé que intentas que viva el máximo de tiempo posible, que barajas los múltiples tratamientos que me puedes aplicar y que estás al corriente de todos los ensayos clínicos disponibles, en definitiva, que combates el tumor y sólo el tumor.
- Sé que no puedo pedir que tengas un máximo de empatía, porque sería un suicidio en tu profesión, pero ponte en mi lugar, tengo miedo, estoy dolorida unos días más y otros menos, aunque nunca nunca estoy bien, tengo síntomas que, en otros casos, serían de urgencias y me resigno con ellos y a dejar de hacer cada vez más cosas, nuestra frase más repetida es “ya no puedo hacer”… las cosas más habituales, empiezas por las más “agresivas” como correr, hacer gimnasia, alpinismo, tenis… y sigues con cosas tan sencillas como comer lo que te apetezca sin que te siente mal, coger pesos, dormir bien sin “dopaje”, poderte poner el calzado que te apetezca, subir con alegría unas escaleras, viajar sin miedo a alejarte de tu hospital de referencia, disfrutar de tus relaciones sexuales, tener la misma sensibilidad que tenía en los pies y en las manos, mirarte en el espejo y reconocerte, reconocerte si, porque la que está ahí, no soy yo, estoy hinchada, con ojeras, calva, sin cejas, sin pestañas, sin uñas o con ellas enfermas y con alteración en el peso y las neuropatías me matan.
- Y a todo esto y más que se me escapará, tu siempre me dices que ES NORMAL, pero esto no es lo peor, lo peor es que siempre me dices que irá a peor.
- Estoy convencida de que hay pacientes mucho peor que yo y eso no me reconforta ni mucho menos. Quiero que esta pesadilla se pase y cuando te pongo entre la espada y la pared y ya no te queda más remedio que contestarme, me miras de una manera que lo dices todo, ya sé que me tengo que hacer a la idea de lo que tengo y que mi esperanza de vida no va a ser la del común de los mortales, que mi calidad de vida va a ser de lo peor, pero te pediría que me animases un poco, que no salga con la cara de decepción que salgo cada semana y no es que te tomes con desidia mis tratamientos, ni muchísimo menos, sé que estoy en buenas manos, que vas a intentar que viva el máximo posible de años, pero necesito mucho más y si después de leer esto no sabes de que te hablo, no me molestaré en seguir explicándote nada más…
El oncólogo es un punto de referencia para nosotras y, les guste o no, es parte importante dentro de nuestro proceso. Yo he tenido mucha suerte con mi oncóloga, la Dra. Cristina Saura, es una profesional excelente y a la vez muy cercana. Con su manera de hacer consigue que hasta las malas noticias no parezcan tan malas. Siempre pienso que ojalá muchos pacientes tengan la misma suerte que yo en este sentido.
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Yo también, fui operada de cáncer de mamá con metástasis, por una maravillosa oncología la Dr.Rosana Figueroa,hoy sigo mi tratamiento con otra maravillosa persona como es el Dr.Osbert,le tengo mucha fe ,el nos da mucha fuerza,aunque como dices no es fácil ya no somos las mismas.
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Hola Gladys, las mujeres de este blog tenemos un grupo de Facebook exclusivo para pacientes de cáncer de mama metastásico, donde nos encontramos para compartir experiencias y situaciones comunes. Si te apetece unirte aquí te dejo el enlace: https://www.facebook.com/groups/Cancermamametastasico/
Un abrazo
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Reblogueó esto en jorignaciodiaz.
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una GRAN carta….
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Que carta tan sincera y tan de verdad. Yo también me he sentido así muchas veces…Que dura es esta enfermedad y que dura su profesión, pero haciéndola más humana no solo les resta sino que estoy convencida de que tendrían más satisfacción en su duro trabajo. aunque mi duda es esas cualidades que le reclamas o les reclamamos se aprenden o van de serie según sea la persona ….
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No soy oncologa pero si médico dedicada al diagnóstico oportuno del cáncer de mama. Es enorme tu carta pero creo conocer a los oncólogos y los veo dia a día luchando contra este enemigo invisible, sufrir al lado tuyo, alegrarse cuando te sientes mejor pero también llorar de impotencia al no poder hacer mas para aliviar tu dolor. En tu carta dices te has vuelto como mi Dios. Pocos médicos son tan humanos como los oncólogos tan cerca del suelo y tan lejos de lo divino. Confía en tu oncólogo pero confía mas en Dios, confía en tu cuerpo, confía en ti. Haz las paces con tu cáncer y con tu dolor, y entrega tu enfermedad a Dios. Dios siempre está contigo. Te deseo de todo corazón ❤️ que sanes pronto y que tu dolor desaparezca
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Fui diagnosticada en febrero del 2016, con un CA Ductual infiltrante estadio IV, con Mt ósea. Soy de Venezuela y aca es un proceso para la compra de la medicina. Tanto que a la fecha tengo 5 meses sin tomar el tamoxifeno. Siento que ha incrementado los dolores generales del cuerpo, en ocasiones siento una opresion entre el pecho y la espalda. Y me siento sola en esto.
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